sábado, 3 de abril de 2010

Paul Cézanne
Aix-en-Provence, 1839 - 1906            

Paul Cézanne, uno de los pintores más significativos de la segunda mitad del siglo XIX, es generalmente considerado como "el padre del arte moderno". Comenzó estudiando derecho en Aix, pero en 1861 se fue a París para hacerse pintor. En la capital francesa estudió en la Académie Suisse, realizó numerosas copias en el Louvre y se hizo amigo de Camille Pissarro, con quien comenzó a pintar al aire libre. Expuso con los impresionistas en la primera exposición celebrada en el estudio de Nadar, en 1874, y en la tercera de las muestras del grupo en 1877. A partir de 1878, año en que se trasladó a vivir con Hortense, su compañera, a L'Estaque, cerca de Marsella, comenzó a alejarse de la estética impresionista y a desarrollar un estilo personal. Durante toda su vida combinó su lugar de residencia entre París y el sur de Francia, hasta que en 1900 se recluyó definitivamente en Aix-en-Provence, su ciudad natal.
Cézanne consideraba inseparables forma y color. Su lenguaje pictórico se caracteriza por la utilización de áreas de color planas, aplicadas con pinceladas geométricas, que van configurando la superficie del cuadro. Sus paisajes, bodegones y retratos rompen con la concepción tradicional de profundidad, definida por planos sucesivos, e intentan captar pictóricamente la estructura interior de las cosas.
Cézanne fue casi toda su vida un pintor incomprendido, incluso fracasado, como lo había sido Claude Lantier, el protagonista de la novela de Émile Zola, L'Oeuvre, en quien Cézanne se reconoció, provocando el distanciamiento con su amigo de la infancia. Sólo en los años finales de su vida, comenzó a ser valorado y a influir en los jóvenes fauvistas y en los futuros cubistas. Su exposición póstuma, celebrada en París en 1907, fue toda una revelación y desencadenó el comienzo del cubismo.

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